¡Ponchados!

 ¡Ponchados!

Por: Gustavo Gaitán Thornee

Participamos en el Café Acopol sobre las elecciones del Perú y la tónica del moderador, las panelistas peruanas y la colega colombiana era el desconocimiento y desprecio por Pedro Castillo como fenómeno político. Haciendo gala de cifras frescas, Guerra y Peñaflor trataron de demostrar que las empresas investigadoras sí habían detectado el ascenso de Castillo, que no había tal sorpresa, pero su éxito respondía al juego casuístico de los desplazamientos del voto, a la dispersión entre tantos candidatos y el verdadero ganador había sido el voto nulo. Era cuestión de tiempo para que Keiko remontara los 20 puntos de ventaja que el profesor le sacó al inicio de la segunda vuelta. En algún momento una de las colegas peruanas vaticinó que en caso de ganar las elecciones Castillo sufriría un rápido golpe de estado, pues era un hombre sin bancada parlamentaria propia, sin preparación política y el hecho de haber conquistado la mayoría el corazón del electorado con una campaña audaz y sin recursos; ¡no tenía ninguna explicación! 

Aunque resulta insólito que encuestadores, periodistas, centros del pensamiento político, influencers y hasta los gremios conspiren contra el triunfo de Castillo y prefieran hundir a su país en la cleptocracia de los Fujimori que permitir el ascenso al poder de una candidatura popular por considerarla “extremista” (comunista), pues todo se explica dentro de la lógica de izquierda-derecha de inclusive dentro del imaginario del centro. ¡Pero que nada tiene que ver con la democracia! 

Pero que en un foro como el de Café Acopol la propuesta estrella de Castillo de crear una Asamblea Constituyente haya sido descalificada por el propio moderador por considerarla instrumento de dictadores, explica cómo Castillo asusta fuera del Perú y especialmente en Colombia por su asociación inmediata con el chavismo. Sus propuestas en cambio, se parecen más a las de Evo Morales: ¡nacionalización de las minas, industrialización de la hoja de coca, etc., pero no fue interesante para el foro reparar en esas similitudes! 

Es mejor compararse con Colombia que con Bolivia, un país de inferior índice de desarrollo, donde los indígenas y campesinos cómo Castillo gobiernan hace más de una década. Por eso tengo que confesar que me dio mucha pena escuchar a la colega peruana, que indicó que en caso de ganar Keiko Fujimori el escenario en el Perú será igual de caótico que en Colombia, lo que demuestra el peligroso desconocimiento del contexto colombiano en el exterior. Especialmente de cara a las próximas elecciones donde las encuestas pronostican un posible ascenso de Petro a través de una alianza y esas mismas encuestas muestran el acelerado desgaste del uribismo y el gobierno, por lo que la conclusión llega por sí sola. 

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